miércoles, 6 de octubre de 2010

soledad

Esto de pasar las 24hs del día conmigo misma ya no me está gustando tanto. Al principio me resultaba divertido estar sola en casa y de repente darme cuenta de que estaba hablando sola. Reírme de mi misma era gracioso pero ahora me doy cuenta que era tan sólo un simple mecanismo de defensa, que con la risa buscaba callar el silencio que aparecía después de cada cosa que hacía o decía. Noté que estaba siendo una televidente de mi propia vida, como si estuviera en un reality show, de esos compuestos por marionetas que lo único que buscan es aprobación.
Probé hablando con las plantas pero lo único que logré fue convertir mi casa en una jungla. Dicen que si uno le habla a las plantas las ayuda a crecer, tanto les hablé?
Intenté charlar con mis peces pero no me dijeron nada, a menos que "glu, glu" signifique algo en algún idioma que desconozca.
La radio funcionó un tiempo porque al menos escuchaba otras voces, pero cuando me di cuenta de que no respondían mis preguntas volví a sentirme sola.
Llegué a confundir el ruido del tic-tac del reloj con alguna voz familiar.
Esto último fue el colmo, me superó.
Y bueno, ahora estoy mejor.. encontré compañía. se llama Gupy, es chiquito pero simpaticón. Charlamos horas y horas sobre cualquier cosa.
Gupy es un gran amigo, lo quiero.